sábado, 1 de diciembre de 2007

Esperanza en el futuro

La gente de Santiago vive estresada, vive alterada. Tal vez esto aumenta por las fechas de fin de año, con la fiebre de navidad y año nuevo. Muchos están mal humorados por miedo a que sus futuros laborales fracasen.

Pero todas estas cosas no son explicación para que un ser humano trate mal o basuree a otro individuo. Nos encontramos en un mundo de riñas constantes, estás ya no aplican armas como antaño (no se parecen en nada a las lides de la edad media, de los libros fantásticos de el Señor de Los Anillos o a las guerras mundiales).

Las trifulcas de hoy tienen dos aspectos, el primero en el ámbito tecnológico (que no tiene relación con lo que quiero contar), y los de maltrato psicológico que buscan acabar con la persona destruyendo su autoestima y su espíritu. Es increíble cómo una persona, más bien una bruja puede acabar con la buena inda de una persona.

Esta explotación o riña puede tener varios puntos de partida, pero enfoquémonos en sólo en el ámbito laboral, donde la competencia aumenta cada día. ¿Será que la mala manera en que fui tratada es una manera de entrar al mundo laboral? No lo creo, cuando uno está aprendiendo se espera que te enseñen, por eso ese un proceso de aprendizaje y de inserción a algún sitio. Pero si no te han dicho que debes hacer algo, el superior no puede esperar que estas cosas están listas y menos echarte la culpa por no haber escrito las cosas.

Además, cómo es posible que existan personas que "son perfectas" y uno realice todas las cosas mal. Realmente hay gente mal enfocada por eso este país está como está.

Espero que las generaciones futuras, las mismas que provocaron la revolución pingüina sean capaces de aplicar su mirada crítica y cambiar las cosas que creen inadecuadas. Porque quienes pelearon por una democracia en este país están aplicando las mismas marcas autoritarias en su forma de trabajo, sólo queda esperar que el mal de los que nacieron bajo o se formaran bajo dictadura sea eliminado y no se queden estancados en el poder hasta que se cree un golpe de Estado. Todos cumplen un ciclo en esta vida, y si no son capaces de adaptarse a la realidad nacional y mundial es probable que el barco se hunda y los mayores no quedaran como náufragos.

Hay esperanza en las generaciones futuras, aunque espero que nuestra juventud pueda aliviarles el camino antes.

Lo único que sé por ahora es que apenas las ratas desaparezcan del barco, debo tomar el bote salvavidas y arrancar de la explotación inapropiada y dictatorial.

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